Ocho días después del
resultado electoral obtenido el pasado 25 de mayo que podría significar el
final del bipartidismo en España, la Casa Real realiza una
maniobra cuya finalidad es intenta reflotar la monarquía que -al igual
que nuestra economía, sociedad y democracia- está enferma. La corrupción
que va a ver sentados en el banquillo a la hija del Rey, a su yerno y al
secretario de las infantas por blanqueo de capitales, delito fiscal y
malversación de fondos públicos, esto no contribuye a mejorar su imagen. Por no
hablar de la pérdida de respeto hacia la figura del monarca tras su famosa
escapada a Botsuana. En definitiva, la monarquía se encuentra hundida en un mar
de descrédito y corrupción.
El problema está en que
los medios de comunicación han conseguido entronar al rey como la figura que
trajo la democracia a nuestro país, una persona que goza de gran prestigio en
el extranjero, etc. Todos estos argumentos están vacíos de contenido: la
democracia llegó a España del brazo de la Segunda República en
el '31 y la figura de nuestro monarca es de las peores vistas en el extranjero:
es un mero reflejo de la desastrosa situación y el atraso social que sufre
nuestro país. Por no hablar de que las reuniones internacionales que tiene Su
Majestad son con su homólogo marroquí, los petro-monarcas árabes y demás
ejemplos internacionales de democracia, ¿de verdad queremos que se nos asocie
con una figura no electa siervo de las élites políticas y económicas?
A pesar de que en España
a día de hoy es cierto que hay problemas más urgentes que nuestro modelo de
Estado, no es por ello menos importante. La monarquía es una institución
anacrónica que no tiene cabida en nuestra época. Por ello, tras la
reciente abdicación del monarca el pasado lunes 2 de junio miles de personas
salieron a las calles para pedir un referéndum democrático. Las manifestaciones
del lunes tuvieron multitudinarias réplicas el sábado siguiente para pedir
también que el pueblo español decida seguir manteniendo la monarquía o
instaurar una república. Por otro lado, también los ‘’promonárquicos’’ se
manifestaron pero con menos éxito.
La posibilidad de
realizar un cambio en nuestra jefatura de Estado es prácticamente nula ya que La Constitución estipula la Monarquía como
forma de Estado de España. Si alguien quiere cambiar esto, tiene que acogerse
al procedimiento de reforma de la Constitución establecido en
la misma. Existen dos vías: o bien 2/3 de cada una de las Cámaras
(Congreso y Senado) apoyan la reforma o éstas se disuelven, son
convocadas nuevas elecciones, es aprobada la reforma por 2/3 de las nuevas
Cámaras y se confirma la reforma mediante un referéndum popular. Así pues, tal
y como hizo Franco, el Rey abandona el trono encargándose de que todo quede
atado y bien atado.
Desde mi punto de vista,
dejando de lado que la monarquía es algo propio de la Edad Media ,
defiendo una forma de Estado republicana por varias razones.
En primer lugar, el
poder de la Corona en
nuestro Estado es completamente ilegítimo dado su carácter hereditario y debido
a que el pueblo que lo mantiene con sus impuestos, no tiene derecho a elegir.
En segundo lugar,
mantener a la
Familia Real supone un gasto altísimo
para el Estado (59.280.000€ anuales). Al mismo tiempo, en nuestro país se
recortan millones en sanidad y educación, el 27% de la población activa está
desempleada, se realizan de media al día 517 desahucios y múltiples colegios
tendrán que abrir sus comedores para que muchos niños puedan ir durante el
verano para tener asegurada al menos una comida al día. Mientras, la
próximamente princesa Leonor recibirá un sueldo de las arcas públicas de
102.464 euros anuales, superando con 94.702,4€ el salario anual mínimo español
(7.743,6€). ¿A cuántos niños podría dar de comer ese sueldo? ¿Es normal que el
sueldo de una niña de apenas 9 años sea 4 veces mayor que el salario medio en
España (23.650€)? ¿La labor que desempeña realmente merece esa remuneración?
Personalmente, me parece tan sumamente obvio que no que no comprendo como en
España esto tiene lugar y existe gente que lo defiende.
Por otro lado, el
Rey es una figura prescindible ya que podríamos tener un Presidente de la República como
Irlanda o Italia que cumpliera exactamente las mismas funciones sin tener que
mantener a toda su familia. Además, el Rey es una figura inviolable, es decir,
goza de una protección jurídica especial: no puede ser procesado por la Justicia. ¿Es
esto justo? Obviamente no, este señor tiene una posición privilegiada por
encima del resto de la ciudadanía española simplemente por haber nacido en la
familia que ha nacido. Yo por ser hija de quien soy no gozo de ningún
privilegio y no es justo que una persona, por su sangre, lo tenga.
¡A por la Tercera!
Águeda Areces
Muy bien Águeda. Un texto vehemente, pero muy bien estructurado y bien argumentado.
ResponderEliminarSaludos